domingo, 12 de abril de 2009

INFORME 3: GESTIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO

"Gestión y organización del conocimiento"
También disponible en:

En internet existen múltiples sitios web con características similares a la del OCS, en cuanto a organización en red y al uso de folksonomía para su difusión. Las líneas de acción son similares, también, en cuanto a la publicación en la cantidad de información que generan. Incluyo dos listados de sitios web con carácter social que gestionan procesos para la adquisición y construcción del conocimiento en la actual sociedad. Los dos están bajo el uso de licencias de la Creative Commons.

El primero de ellos es Global Voices:

Es un proyecto internacional sin fines de lucro dedicado al periodismo ciudadano. En el creciente número de bloggers alrededor del mundo aparecen los ‘bloggers puente’: gente que habla de sus países o regiones para una audiencia global. La idea para el proyecto nació de una reunión internacional de bloggers sostenida en Harvard durante Diciembre del 2004. Voces Globales, aunque administrada desde la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard, es un esfuerzo mancomunado de contribuidores desde cada continente y docenas más de países.

Voces Globales es una guía hacia las más importantes conversaciones, información e ideas que se originan alrededor del mundo en varias formas de comunicación participativa tales como son los blogs, los podcasts, paginas photo sharing y los videoblogs. Todos los días, el equipo organizador ponen on line enlaces a aproximadamente de 5 a 10 de las más importantes entradas de los blogs en sus propias regiones y que se encuentran en la sección “daily roundups”. Un grupo mayor de blogguers participantes escriben diariamente en la sección izquierda del Weblog de GV, arrojando luz a lo que las comunidades bloggeras en sus respectivos países se han referido últimamente. Voces Globales pretende remediar algunas de las desigualdades en la atención por parte de los medios de comunicación, entregando el poder al periodismo ciudadano. Usan una variedad de tecnologías, - weblogs, wikis, podcasts, categorías, agregadores y salas de chats – para atraer conversaciones y puntos de vista que aspiran, ayuden a poner más luz en la naturaleza de nuestro interconectado mundo. Pretenden, además, conseguir facilitar el crecimiento de nuevas voces en la sociedad, mediante entrenamiento, cursos online, tutoriales y publicitando las formas en las que el open-source y las herramientas gratis pueden ser usadas por la gente de todo el mundo y para que puedan expresarse en forma segura. Buscan defender la libertad de expresión en forma universal y proteger el derecho de los periodistas ciudadanos para reportar sobre eventos y opiniones sin temor a censura o persecución.

Vale la pena, en esta comunidad leer el artículo sobre la creative commons en Latinoamérica que sale en la siguiente página web:

en la que se ve la utilización de la creative commons por la entidad Global Voices y en la que se encuentran elementos que fundamentan su adhesión a ella. También la forma como ha ido integrándose a los diferentes países latinoamericanos.

La segunda web es Escáner cultural:

Es una revista virtual de arte contemporáneo y nuevas tendencias respaldada por varias empresas. Cuenta con un gran número de usuarios que pueden navegar por sus chats, comunidades, revistas, ediciones especiales, e-mails, blogs, entre otros servicios. Busca apoyar y fomentar proyectos ligados a la creación, producción y difusión de iniciativas culturales en el ámbito del arte, la ciencia y la tecnología, además de informar sobre la ejecución de proyectos y programas culturales destinados a promover las artes integradas y las iniciativas interdisciplinarias.

INFORME 2: GESTIÓN DE LA CANTIDAD DE INFORMACIÓN

INFORME SOBRE LA GESTIÓN DE LA CANTIDAD DE INFORMACIÓN
También disponible en:

Para iniciar este segundo informe es importante aclarar algunos conceptos que dan explicación a la gestión en la cantidad de la información.

Folcsonomía[1]: según wikipedía, “es una indexación social, es decir, la clasificación colaborativa por medio de etiquetas simples en un espacio de nombres llano, sin jerarquías ni relaciones de parentesco predeterminadas. Se trata de una práctica que se produce en entornos de software social cuyos mejores exponentes son los sitios compartidos como delicious (enlaces favoritos),Flickr (fotos), Tagzania (lugares), flof (lugares) o 43 things (deseos)”. En otras palabras es una metodología de recuperación de información de internet que consiste en etiquetas abiertas, generadas de forma colaborativa, que clasifican contenidos como páginas web, fotografías online y vínculos web. Los autores del sistema de etiquetado son con frecuencia los principales usuarios del contenido al que se aplican las etiquetas. Las etiquetas suelen conocerse con el término tags. Las folksonomias también son interesantes desde el punto de vista de la organización personal de datos, si se echa un vistazo a del.icio.us hay muchas páginas clasificadas con la etiqueta to read (para leer), denotando que esas personas consultaran el servicio en un futuro a modo de agenda para ver que leer.

Flickr[2]: es un sitio y paquete de servicios web para compartir fotos, y una plataforma de comunidad online que se considera, generalmente, como uno de los primeros ejemplos de aplicación de Web 2.0, la nueva fase de desarrollo de internet. En flickr así mismo hay muchos fenómenos curiosos como son el tag me (yo) con fotos personales de los usuarios o relaciones que se crean a modo de historias en las que un usuario comienza un tag y otros lo continúan como fliktion empezado por Andrew Lowosky, con pequeñas historias en los comentarios de las fotos de timbres del mundo y que los usuarios han continuado.

El elevado y creciente número de weblogs, fotologs y podcasts ha acentuado uno de los grandes problemas de la red: la gestión del conocimiento. Son más de 30 millones los weblogs indexados por Technorati, más de 4 millones de fotografías alojadas en Flickr y el número de podcast y videocast está en permanente crecimiento. Gestionar de forma efectiva toda esta información supone un reto, y tanto las Foklsonomías como la Web Semántica son dos herramientas que tienen esto como objeto.

El OCS es una estructura organizativa utilizada para realizar el seguimiento y análisis comparativo de procesos y programas, así como su incidencia en las comunidades en que se desarrolla, posibilitando además el conocimiento e intercambio de experiencias para profundizar, como se afirma en el primer informe, en los asuntos cibersociales. La folksonomía en el OCS es un sistema de clasificación inductivo. El valor de esta organización reside en que los usuarios dejan de ser meros consumidores de páginas Webs estáticas creadas por un autor o editor, para convertirse ellos mismos en los creadores de contenido. Esta tarea se facilita enormemente gracias a la proliferación de herramientas gratuitas que permiten a los usuarios crear contenido mediante la publicación de artículos, publicar imágenes en Flickr o vídeo en YouTube.

La OCS se suma a los pasos de las nuevas tecnologías para conseguir una página más amena, participativa y atractiva para los usuarios. Aplica la tecnología 2.0, con herramientas diseñadas para que los usuarios interactúen y retroalimenten el sistema. A través de esta tecnología, el usuario puede recibir, gestionar, crear y difundir información de la organización con facilidad. La OCS proporciona un espacio on-line para almacenar, clasificar y publicar/difundir contenidos textuales y audiovisuales, a los que sus usuarios remotos pueden acceder. Al ser un sitio ágil y fácil de localizar la información fomenta la interacción del usuario con el sistema. Además simplifica la usabilidad de la Web ahorrando tiempo al usuario. Y sobre todo, consigue estimular a los usuarios acostumbrados a navegar en un entorno Web 2.0.

En el segundo y tercer congreso, la OCS, organizó grandes bloques temáticos, en los que se desarrollaron diferentes foros y plenarias en grupos de trabajos con temáticas más específicas. Los artículos publicados en la sección divulgación OCS son una contribución colaborativa voluntaria al Observatorio para la CiberSociedad, como lo afirma la misma organización. La responsabilidad de las afirmaciones, opiniones y contenidos expuestos en los artículos recaen en los autores y permiten proliferación de conocimientos. Las folksonomías usadas en estos congresos actuaron como sistema de clasificación de conocimiento sin jerarquía, descentralizado, donde la capacidad y la responsabilidad de la clasificación recayeron en algunos casos en el autor del contenido, pero sobre todo en los usuarios. De ahí, que el Observatorio para la CiberSociedad permita la reproducción de esos contenidos siempre y cuando se cite correctamente la fuente de procedencia y el autor/-a haya sido informado de ello y lo haya aceptado previamente y de modo expreso.

En su artículo[3], “Folsonomías: sistemas emergentes de gestión del conocimiento”, Fernando Garrido Ferradanes nos explica la diferencia entre las folsonomías amplias y las estrechas: “El ejemplo que mejor ilustra la Folksonomía amplia es del.icio.us, donde los usuarios clasifican por tags algunos de los sitios webs que visitan y de los que no son creadores. Así, una sola persona, el creador de contenido, o un reducido número de usuarios aplican sus tags al contenido. También es diferente el fin y los usos entre ambas folksonomías, así, en la estrecha, las tags están asociadas directamente con el objeto y es muy complicado saber cómo están siendo utilizadas, incluso cómo lo están denominando y apropiando los usuarios, ya que parten de una conceptualización ya predeterminada, con lo que no es posible generar vocabulario o descripciones emergentes. Flickr, la herramienta de gestionar y compartir fotografías, es el mejor ejemplo en este caso. Cuando un usuario sube un archivo a la red puede añadirle una(s) tag(s) e incluso añadir alguna a las fotografías de las personas que lo han habilitado como “amigo”, pero en ningún caso puede añadir tags a cualquier fotografía”. En el OCS, hay una folksonomía estrecha pues son los autores quienes taggean sus creaciones, como se observa en los diferentes artículos y aportes que hacen al congreso. Es importante agregar que al utilizar una folcsonomía compartida, las personas que buscan sitios en su propio idioma podrán ponerse en contacto indirecto con personas de gustos o intereses parecidos, lo cual les da la posibilidad de encontrar sitios en sus propios idiomas. Periodistas, profesionales, bloggers, artistas online, y en general, cualquier persona interesada en conocer qué está sucediendo en el mundo de los contenidos sobre la ciberesociedad, pudo y puede participar en los congresos de la OCS (El próximo IV congreso se realizará en este año 2009) gracias a su construcción en red. El OCS resuelve la gestión de la cantidad de información usando este tipo de folksonomías, que como ya lo dije antes, permiten mostrar información de manera organizada de acuerdo con las necesidades de los usuarios.
REFERENCIAS

[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Folcsonom%C3%ADa
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Flickr
[3]http://www.cibersociedad.net/recursos/art_div.php?id=94

INFORME 1: GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN

INFORME SOBRE LA GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN
Informe también disponible en:

La creative commons, como lo afirma la wikipedia[1], son licencias basadas en los principios del copyleft para productos que no son de software. Es una organización estadounidense, sin ánimo de lucro, que desarrolló formulas legales para descargar información a través de la web sin tener que preocuparse por estar violando los derechos de autor, desarrolla planes para ayudar a reducir las barreras legales de la creatividad, por medio de nueva leislación y nuevas tecnologías. Fue fundada por Lawrence Lessig, profesor de derecho en la Universidad de Stanford y especialista en ciberderecho. Se basa en la idea de que los autores dentro del esquema legal (sea Copyright o Derechos de Autor) son titulares de unos privilegios que la ley les reconoce y ellos pueden elegir dentro de esos privilegios cuales reservarse y cuales liberar en favor de la comunidad.

El tema del contenido libre y con licencia a través de la web ha estado en el meollo de la discusión sobre la difusión de nuevas tecnologías y herramientas en internet sin vulnerar los derechos de autor. La forma como creamos y difundimos el conocimiento ha sufrido importantes cambios durante la última década. Las capacidades que se construyen a través de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y las características propias de la Web 2.0 facilitan la participación y la producción conjunta. Esta nueva realidad establece nuevas formas de interacción con la información y de creación del conocimiento y modifica la construcción del mismo hacia formas más elaboradas y procesos más complejos. Dicho entorno nos obliga a revisar la forma como nos acercamos a la propiedad intelectual, para entender la forma como hoy hacemos, creamos y reutilizamos nuestra cultura, afectando las relaciones cotidianas, particularmente en entornos científicos y educativos en los que la circulación del conocimiento es una condición básica para la generación de conocimiento.

Como respuesta a estas nuevas aproximaciones, se ha visto un movimiento global hacia el establecimiento de marcos que permitan optimizar los procesos de acceso y reutilización de las investigaciones y de los materiales educativos, especialmente cuando son financiadas con fondos públicos. Lo anterior se ha soportado a través de la creación de repositorios de acceso abierto, nuevas herramientas de publicación y modelos novedosos de gestión del derecho de autor estratégicamente diseñados tanto para los individuos como para las instituciones. El tema de la propiedad intelectual y del derecho de autor dejó de ser un tema exclusivo de los abogados, dejó de moverse exclusivamente en el escenario de la mercantilización de los productos culturales, ya no responde exclusivamente a las preocupaciones de remuneración de los artistas profesionales, por eso la responsabilidad de los académicos, docentes, científicos y gestores de información y conocimiento en general en la construcción de su propia cultura jurídica adquiere una nueva y renovada dimensión.

Los creadores licencian sus obras dando autorizaciones generales al público, que en su forma más amplia implica la autorización para copiar, distribuir y modificar la obra. Las diferentes licencias Creative Commons se basan en combinar distintas propiedades. “Estas propiedades son[2]:

Attribution (by): Obliga a citar las fuentes de esos contenidos. El autor debe figurar en los créditos.
Noncommercial o NonCommercial (nc): Obliga a que el uso de los contenidos no pueda tener bonificación económica alguna para quien haga uso de contenidos bajo esa licencia.
No Derivative Works or NoDerivs (nd): Obliga a que esa obra sea distribuida inalterada, sin cambios.
ShareAlike (sa): Obliga a que todas las obras derivadas se distribuyan siempre bajo la misma licencia del trabajo original.”

Los proyectos que utilizan licencias Creative Commons incluyen portales, blogs, archivos, como: Flickr, Internet archive, wikimedia commons, wikinews, deviantART, Jamendo, organizaciones como la OCS y publicaciones de todas clases, entre otras muchas más.

Un video que aclara todos los conceptos sobre lo que son las Creative Common es:

Históricamente, la protección de la propiedad intelectual adquirió importancia en 1873, debido a la negativa de algunos expositores extranjeros para asistir a la Exposición Internacional de Invenciones de Viena, por temor al robo y la explotación comercial de sus creaciones. En 1883 se firmó el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, que posteriormente fue revisado en Bruselas en 1900; en Washington en 1911; en La Haya en 1925; en Londres en 1934; en Lisboa en 1958, y en Estocolmo en 1967 y 1979. El Convenio de París entró en vigor en 1884 en 14 Estados. Para vigilar su cumplimiento, administración y la reunión de sus miembros, se estableció una oficina internacional. En 1886 se firmó el Convenio de Berna, para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, con el objetivo de que los ciudadanos de los Estados contratantes gozaran de protección internacional en su derecho por controlar el uso de sus obras y recibir un pago por ello. Este convenio incluía novelas, cuentos, poemas, obras de teatro, canciones, óperas, revistas musicales, sonatas, dibujos, pinturas, esculturas y obras arquitectónicas. Las oficinas encargadas de la administración de los convenios de París y Berna se unificaron en 1883, para formar las Oficinas Internacionales Reunidas para la Protección de la Propiedad Intelectual o BIRPI, por sus siglas en francés (Bureaux Internationaux Reùnis pour la Protection de la Propriété Intellectuelle ), establecidas en Berna, Suiza.

Posteriormente, en 1960, las BIRPI se trasladaron a Ginebra para estar cerca de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales de la ciudad. En 1970 se firmó el convenio para establecer la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual , para lo que se llevaron a cabo una serie de reformas estructurales y administrativas, con una secretaría que rendía informes de las actividades de la organización a los Estados miembros. En 1974, la OMPI pasó a ser un organismo especializado del sistema de organizaciones de las Naciones Unidas, que se ocuparía de la protección de la propiedad intelectual. En 1978, la secretaría de la OMPI se trasladó a Ginebra, su actual sede. En 1996, la OMPI extendió sus funciones con el reconocimiento del derecho de la propiedad intelectual en el comercio mundial, al firmar un acuerdo de cooperación con la Organización Mundial del Comercio (OMC). El alcance de la protección y los servicios que proporciona la OMPI han crecido en estos últimos años. De los cuatro tratados a cargo de las BIRPI en 1898, en la actualidad la OMPI vigila 23, para los cuales ha definido sus objetivos y un programa de trabajo, que es cumplido por medio de sus Estados miembros y su secretaría.

Por otro lado, en el artículo, “La propiedad intelectual en la nueva era digital”[3], Javier Villate nos explica la diferencia entre la normativa europea y la estadounidense y cita a J.A.L. Sterling, quien resume las principales diferencias entre los derechos de autor europeos y el copyright norteamericano. La cuestión es que la mayoría de esas diferencias son más teóricas que prácticas. De hecho, aunque se mantienen las discrepancias entre ambas concepciones, también se ha ido dando un proceso de convergencia en algunos aspectos. Los derechos de autor en Europa continental se han desdoblado siempre en derechos morales y derechos patrimoniales. J.A.L. Sterling expone que los derechos morales incluyen[4]:

el derecho de publicación: el autor puede escoger cuándo divulgar su trabajo al público;
el derecho de atribución: el autor tiene el derecho de estar asociado con el trabajo como su autor, y
el derecho de integridad del trabajo: el autor tiene el derecho de oponerse a cualquier modificación de su trabajo.

En la legislación de Estados Unidos no existe nada parecido a los "derechos morales", pero se han dado algunos movimientos hacia algo parecido a su aceptación. Y en los derechos patrimoniales se pueden distinguir cuatro categorías:

derecho de reproducción: es el derecho de autorizar o de prohibir la fijación de un trabajo en un medio tangible;
derecho de transformación: el autor tiene el derecho de autorizar la traducción, adaptación, arreglo o cualquier transformación de su trabajo;
derecho de distribución: permite al autor controlar la forma en que está disponible su trabajo al público, ya sea por venta, regalo, arrendamiento o préstamo, y
derecho de comunicación pública: el autor controla la comunicación directa, o la comunicación en ausencia de cualquier medio tangible, de su trabajo al público.

El análisis realizado por Javier Villate en su artículo me permite ver la complejidad del asunto por los diferentes aportes que nos hace, ya que la inclusión en Europa, de los derechos de autor como "derechos de la persona", por simple que parezca a primera vista, es algo que me parece muy controvertido. Los cuestionamientos que realiza como por ejemplo, ¿por qué deben detenerse los derechos de autor, en cuanto a derechos de la persona, en las puertas de las bibliotecas, cuando estas copian y prestan libros sin ánimo de lucro? ¿Cuál es el derecho de la persona que está limitando, en este caso, a los derechos de autor? ¿Por qué los derechos de autor se detienen cuando uno hace una copia privada para su propio uso? ¿Cuál es el derecho de la persona que está limitando los derechos de autor en este caso? Llevan a considerar que la concepción europea de los derechos de autor es inconsistente.

La propiedad intelectual, lejos de servir a sus objetivos iniciales, está siendo utilizada para facilitar el control de las grandes compañías sobre la cultura, el arte y la innovación tecnológica. De la misma forma, los derechos de autor, en lugar de incentivar a los verdaderos autores, que apenas se benefician de los mismos, están siendo utilizados para restringir las libertades de los individuos y permitir el mantenimiento del control de las grandes compañías sobre la creación y la distribución de libros, revistas, literatura, música.

Pero la distinción entre lo público y lo privado no siempre es nítida y con el fin de ayudar a establecer esa línea divisoria, Richard Stallman[5] (primer y principal promotor del software libre, creador del sistema operativo GNU/Linux y fundador de la Free software foundation) propone distinguir tres tipos de trabajo intelectual, pudiendo cada uno de los cuales buscar su propia línea divisoria. Esa categorización diferencia entre trabajos funcionales, como el software informático, los libros de texto, las recetas culinarias, los diccionarios y otras obras de consulta, todo lo que se usa para hacer bien una tarea; trabajos que expresan una posición personal, como ensayos, memorias, reseñas, comentarios de libros, películas, etc. En fin todo aquello que dice lo que uno piensa, quiere o desea; y trabajos fundamentalmente estéticos que tienen como valor de uso principal proporcionar un goce estético, lo que les hace ser apreciados: las novelas, las obras de teatro, los poemas, las pinturas, la música, el cine, etc. No son funcionales y, por tanto, la gente no tiene necesidad de modificarlos y mejorarlos. Para Stallman, la propiedad intelectual es algo inmoral y considera que las personas debemos tener derecho a usar, copiar y distribuir software libremente, porque eso es bueno para todos, beneficia a la sociedad en general. No solo extiende el uso de software, sino que extiende, también, el espíritu de cooperación que toda sociedad necesita. Pero, en contra de lo que muchos piensan, Stallman no está en favor de abolir los derechos de autor en todos los ámbitos.

EL OBSERVATORIO PARA LA CIBERSOCIEDAD: OCS

El observatorio para la CiberSociedad es una asociación sin ánimo de lucro inscrita en el registro de la Generalitat de Catalunya desde abril de 2001 que tiene sus orígenes en unos primeros esbozos web que datan de primavera del año 2000. Desde entonces, gracias a la colaboración de centenares de personas, trabajan en la constante mejora de un espacio colaborativo destinado al estudio y el fomento de la investigación de las relaciones entre las tecnologías de la información y la comunicación y la sociedad, desde un punto de vista sociocéntrico. Tiene la colaboración de múltiples entidades que le permite ampliar y mejorar todas las actividades que realizan.

Como lo afirman en su página[6] web, el Observatorio para la Cibersociedad es un punto de encuentro, discusión y publicación de investigaciones sobre los diversos aspectos y corolarios sociales que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están generando, abarcando así diversas disciplinas de las ciencias humanas y sociales. El punto de encuentro para todas ellas no es disciplinario, sino temático: lo cibersocial. Su intención es estimular la investigación y la curiosidad sociológica sobre el ciberespacio, entendiendo éste como un fenómeno socio-cultural, y no meramente tecnológico. De ahí que tengan servicio de revista y boletines, en los que se publican artículos, y estudios realizados por diferentes autores. Además, el observatorio, también funciona como coordinador y enlace en grupos de investigación e iniciativas varias que permite la incorporación cada día de nuevos grupos y personas interesadas en el mundo de la cibersociedad.

El primer congreso online del OCS, en el año 2002 supuso una proyección y una difusión importante para el mundo de la cibersociedad que tuvo unos resultados muy buenos y fue realizado y organizado por muchas personas. Para el año 2004 se celebró el segundo congreso online del OCS y los resultados fueron mejores que los del primero ya que los responsables y gestores del conocimiento (academia), productores del desarrollo tecnosocial (empresa, autónomos), administradores y reguladores (instituciones, entidades públicas) y la sociedad en general, lo confirmaron. Este crecimiento se debió a la colaboración generada que incluyó y permitió la participación simultánea de cinco idiomas diferentes (castellano, catalán, gallego, portugués e inglés). Para el 2006, la definición, creación y desarrollo del tercer congreso online puso en contacto a destacados expertos, entidades e instituciones comprometidas en la investigación, innovación y promoción de lo cibersocial, conformando una red multidisciplinar internacional. Este último congreso supuso una continuidad en el incremento de inscripción y participación, superando los volúmenes de participantes (10%), de comunicaciones (36,4%) y de intervenciones en los foros (32%) de la segunda edición del Congreso. De igual manera supuso una consolidación como acontecimiento internacional de referencia en el ámbito Iberoamericano. Uno de los objetivos organizativos principales de este congreso era aumentar la calidad, la relevancia de la experiencia del congreso. Actualmente, la web del OCS continúa consolidándose como una extensa fuente con el aporte sobre diferentes temas vinculados a lo cibersocial. En este sentido, las diferentes áreas de publicación del OCS, siempre abiertas a nuevos artículos, siguen creciendo con aportaciones de calidad en diferentes ámbitos del estudio sobre la intersección entre tecnología y sociedad. La creative common permite toda esta divulgación y organización y, contribuye al mejoramiento y participación de diversas entidades y personas. La OCS ha elegido un camino que permite un acceso más libre a la cultura y nuevas formas por las que la sociedad remunera (no necesariamente en el sentido económico) a sus artistas, escritores y trabajadores intelectuales. Recordemos que los internautas pueden no estar dispuestos a pagar por contenidos, pero sí parecen proclives a valorar servicios de valor añadido, y la OCS genera esos contenidos.
REFERENCIAS Y NOTAS

[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Creative_Commons
[2] Copia del texto de la página de wikipedia
[3] http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=40
[4] Olivier Hance, Leyes y negocios en Internet, McGraw-Hill Interamericana Editores, México D.F., 1996, pp. 88-90.
[5] Richard Stallman, "Speech in Sweden", 30/10/1986, http://www.cibersociedad.net/x/extern.php?xtn=http://www.fsf.org/philosophy/stallman-kth.html. Muchos textos de Stallman se encuentran en el sitio web de la Free Software Foundation (http://www.cibersociedad.net/x/extern.php?xtn=http://www.fsf.org) y en el de GNU (http://www.cibersociedad.net/x/extern.php?xtn=http://www.gnu.org). Algunos de ellos están traducidos al español.
[6] http://www.cibersociedad.net/